sábado, 29 de agosto de 2009

MISERIAS HUMANAS



Me voy yendo despacito…sin hacer ruido, como callando el silencio, huellas de tocas me llevarán a mi próximo destino.
Ya dejaré las letras…que me ayudaron a encontrar un lugar en este mundo…con olor a tilo.
No torturaré mas con mi poesía, amanecidas en un imprevisto, descargadas en llantos por un ser querido, que manejó mi pluma a su capricho. Le estaba todo permitido.
Dejaré que en mi pecho, rebote mi corazón en cuentas pendientes, entre mañanas de mates y pensares, navegaré con mi mente por el océano de los recuerdos de unos cuantos caminos recorridos.
La Romelina, se llama la casita de mis sueños, donde entra el sol sin permiso, invadiendo mi intimidad guardada en sentimientos e iluminando mi alma, para que amanezca cada mañana.
Gorjeos de pájaros alimentados con respeto, por la sabiduría humana que les ha permitido, que esa… esa también sea su casa.
Amores de flores y colibríes, que hacen el amor todas las tardecitas, para sentir la vida como en una unión, casi programada.
De la cocina a leña, nacen los sabores pintados en ollas de barro, donde hierven los productos de la tierra, en pucheros cargados de recuerdos.
Pero tengo que resolver en la casita de mis sueños, una asignatura pendiente. Aquella deuda que me hace llorar mis ojos en lágrimas calientes, donde el pecho me explota en broncas no resueltas, donde me tiemblan las manos por impotencias contenidas, buscando a alguien que me sumergió en el barro de algunas miserias humanas, de las cuales tanto me cuesta desprenderme.
Un balance consume mi existir, por la que tendré que rendir cuentas y en sombras sin luna, siendo la media noche, provocaré al mismísimo lucifer, a que se haga presente, y desnudo mi cuerpo con solo la daga en filos infinitos, le daré pelea hasta que mi sangre quede agotada.
En gritos de macho dolorido, en la fragor de la batalla, le exigiré que se olvide de mentirme y engañarme, vendiéndome la miseria humana, como si fuera pan dorado, de horno de barro.
En el monte de cipreses será el encuentro, en mi terreno, en el terreno de mis padres y mis abuelos…en La Romelina, casita de mis sueños.
Le daré pelea hasta mi muerte, pero basta de miseria humana en mi mente.
Quiero amanecer con tajos de guerra ganada, pero con mi alma blanca y descargada de esa miseria humana, que solo el diablo nos pone en nuestras manos.
Quedare agotado y mi daga gastada, pero mis ojos no llorarán más, por miserias humanas.
Sabré dar batalla.
Mi pluma se la he regalado a Gregorio de la Serna, mi hermano gemelo, por que mi tinta se ha cansado en sonrisas amanecidas, por una pelea ganada.

3 comentarios:

  1. Pero qué lindo esto, Goyo!...aunque muy triste, con saborcito algo amargo como esos mates que seguro estarás disfrutando.
    Me quedo releyendo y acompañándote, en silencio, para no molestar...
    Un abrazo!

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  2. Tus palabras cobrarán una fuerza inusitada cuando las hagas realidad.
    Brindo por "La "Romelina" y por tí.
    No quiero saberte triste.

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