jueves, 22 de octubre de 2009

ABANDONO

La mañana helada, pegaba a mi cara con dureza,
las manos frías sin guantes, las escondía en mi chaqueta.
La bufanda que rodeaba mi cuello, era recuerdos de otras épocas, todavía se sentía el perfume, por el cual mi corazón había muerto.
Ya me había acostumbrado a caminar en silencio.
La calle vacía, con color a nadie, sonaba a desierta.
Caminaba despacio mirando mi aliento que se perdía entre las hojas secas de aquel otoño frío de Buenos Aires.
Mi mente nadaba entre las obligaciones que me deparaban ese día. Bancos, depósitos, pagos, reclamos, chequeras, tarjetas de crédito…dinero.
Todos los días igual, todos los días se caían del calendario sin más, una y otra vez.
Me estaba poniendo viejo a mis cuarenta, el sol jamás amanecía para mí, siempre…un día más.
Tres cuadras separaban el subterráneo de mi casa vacía, seis meses ya habían pasado, del aquel día que su ropa y valijas… ya no estaban.
Antes de llegar a la boca del subte, sentía el calor del subsuelo, con ese olor pesado, ese olor muerto.
El andén desolado, era de madrugada. Solo una muchacha, mirando la nada.
Un rostro hermoso, dejaba al descubierto su melena azabache, prolijamente peinado.
No podía dejar de mirarla.
Su tapado negro, cubría un cuerpo de mujer deseada.. En sus zapatos de tacones altos, descansaban sus piernas delgadas, su cartera Armani colgaba de su mano abrigada por guantes de cuero, que afinaban sus dedos.
De pronto gira su cabeza…me das fuego? me pide con su voz acaramelada; sus labios temblaban, y no era de frío…de miedo, se le notaba en su cara.
Por favor que no venga el subte, yo pensaba…quería tener aunque sea una mirada…solo una mirada suya, y que alegrara mi mañana y que mi imaginario volara por un rato.
Con la timidez de un derrotado, me animo y le pregunto, No he desayunado todavía, no queres una café y un poco de compañía? suena mi voz apagada, sin ninguna esperanza, solo el deseo de compañía de un hombre abandonado.
Como si le hubiese hablado al Obelisco, ni un sonido de su garganta, ni siquiera una mirada de asombro, total indiferencia a mi persona. Me sentí como un loco atrevido e inoportuno. Desde cuando ella se iba a fijar en un hombre con las defensas bajas, pensaba, cuando me retiraba a unos metros, para no molestarla.
Acepto…escucho, pero no…es mi imaginación, pero igualmente giro mi rostro para mirarla.
Se acercaba despacio, con sus ojos en mis ojos, acepto tú invitación, pero con una condición…me dice con su voz acaramelada.
Quiero…un café en silencio, no hables, no preguntes nada, solo eso quiero…un café en silencio.( continuará)

………………………………..Gregorio de la Serna.

7 comentarios:

  1. ¿Y me dejas con la miel en los labios?eso no se hace Goyo,pro es tan hermoso tu relato.Espero ansiosa la segunda parte.
    Millones de besos desde mi España helada.MJ

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  2. Bonito relato, qué pasará en la 2º parte?
    Un beso

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  3. caramba, carambita, carambola. al igual que las dos chicas que me presidieron, esperando la continuación. sabes crear espectativa

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  4. (va de nuevo)
    caramba, carambita, carambola. al igual que las dos chicas que me precedieron espero la continuación. sabes crear expectativa...

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  5. Hola Goyo. ¿La vas a seguir, no? genera cierta intriga.
    Un abrazo
    Alejandra

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  6. Goyo, cada día te supéras...muy bien escrito tu relato.
    He podido hasta sentír ,el frio de la mañana.
    Espero con impaciencia la continuacion

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  7. a esperar se ha dicho...la continuación llegará pronto, verdad? Muchos saludos berlineses.

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